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Traducido por Felipe Olivera.
Olivenza, el 7 de marzo de 2015. Alejandro Talavante inventó ese día, el verdadero « Pase Cambiado por La Espalda ». En mi análisis anterior titulado « El mal nombrado Pase Cambiado por La Espalda », expliqué las razones técnicas e históricas que hacen que lo que estamos acostumbrados a llamar con estos términos no sea cierto. Concluí tratando de imaginar que pase podría serlo cumpliendo con los preceptos técnicos e históricos relativos a la terminología « Pase Cambiado » dado « por la espalda ». Me imaginé que podría ser un « Pase de las Flores », pero dije que la ejecución sería muy difícil. Pues Alejandro Talavante lo superó ejecutando a la perfección lo que es, sin ninguna duda, y sin sufrir crítica semántica, un « Pase Cambiado por La Espalda ».
El pase realizado por Talavante, a principio de la Faena en Olivenza, es una variante de la arrucina de Carlos Arruza y de la arrucina Prolongada según Joaquín Bernardo. A diferencia de estos dos pases que son pases de « adorno » o « remate », Talavante ejecutó una versión para empezar la faena, al igual de « el péndulo » que se hace hoy en día sin mucha inspiración, por una buena parte del escalafón de matadores y novilleril.
Como se ilustra en las capturas de pantalla del vídeo que pueden ver en Mundotoro o en Aplausos, y a diferencia del péndulo que se da de perfil, Alejandro Talavante se posiciona de frente, compás abierto, para citar, muleta en la mano derecha mostrando la parte posterior / inversa de la muleta al toro, la punta de la muleta hacia el cuerpo del torero (al estilo de la capeina o del Pase de las Flores). El cite se hace por el lado derecho del cuerpo. Cuando el toro arranca, el torero pasa su brazo por la espalda y así la muleta se traslada y aparece en la parte izquierda del cuerpo donde se da la salida al animal. Al hacerlo, se ejecuta un « cambio », cambiando la dirección del trayecto del toro, y también un « pase cambiado » ya que se da a cabo la salida por el lado opuesto de la mano que lleva la muleta (que no es el caso con el « péndulo »).
Este pase es, a mi conocimiento, una novedad inspirada de la arrucina pero distinto por la técnica de ejecución (de frente) y el momento en que se ejecuta (inicio de faena). En comparación con el pase del « péndulo » este nuevo pase de Talavante expresa una entrega y una exposición significativamente mayor del torero. En una de las ejecuciones en Olivenza el matador ligó su nuevo pase con un pase de pecho sin corregir su posición para captar la vuelta del bicho.
Ahora se deberá referir a la terminología « Pase Cambiado por La Espalda « para esta invención de Alejandro Talavante, que sola se merece tal denominación. René Philippe Arneodau.
Alejandro Talavante – Olivenza le 7 Mars 2015
El verdadero Pase Cambiado por la Espalda
Alejandro Talavante – Olivenza le 7 Mars 2015
El verdadero Pase Cambiado por la Espalda
Alejandro Talavante – Olivenza le 7 Mars 2015
El verdadero Pase Cambiado por la Espalda
Alejandro Talavante – Olivenza le 7 Mars 2015
El verdadero Pase Cambiado por la Espalda
Alejandro Talavante – Olivenza le 7 Mars 2015
El verdadero Pase Cambiado por la Espalda
Alejandro Talavante – Olivenza le 7 Mars 2015
El verdadero Pase Cambiado por la Espalda
Alejandro Talavante – Olivenza le 7 Mars 2015
El verdadero Pase Cambiado por la Espalda
Alejandro Talavante – Olivenza le 7 Mars 2015
El verdadero Pase Cambiado por la Espalda
EL GENIO DE TALAVANTE
“De Extremadura es el genio, que ha lidiado con ingenio.”
El torero busca gloria,
honrando su trayectoria,
apela a la tauromaquia,
al ingenio y a la magia.
Dejándose así llevar,
con talento, sin pensar,
improvisando las suertes,
sin miedo alguno a la muerte.
Un extremeño, en el ruedo,
se ha entregado con denuedo,
muy bizarro, pa’ delante,
Alejandro Talavante.
Diestro osado, diferente,
de los que sigue la gente,
con un valor que se aprecia,
hincado, como en la iglesia.
Plaza, fiel adoratorio,
luciendo gran repertorio,
los tendidos puso que arde,
con el quinto de la tarde.
Se ha pasado a “Ballenito”
por su cuerpo, bien juntito,
posado en las arenillas,
siete lances de rodillas.
Una “arrucina” impensada,
arte, estampa tan soñada,
cambio de mano, aún postrado,
pase de pecho inspirado.
Cortos serán estos versos,
pues, no obstante sus esfuerzos,
Talavante pincho en hueso,
teniendo no más, por eso.
Sensaciones encontradas,
las emociones ahogadas,
hasta el llanto contenido,
por el triunfo no obtenido.
Vuelta al coso, gallo en mano,
¡albricias, maestro hermano!,
no todo son las orejas,
si te aplicas, si no cejas.
Aplausos te den la calma,
la ovación arrulle tu alma,
porque toreaste a tus anchas,
Dios te dará mil revanchas.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
México, D. F., a 29 de mayo del 2015
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